12 de enero de 2011

Los milamores urbanos. Revista Quercus. Nº 299


Las llamativas inflorescencias de la valeriana roja o milamores
(Centranthus ruber) son un poderoso reclamo para los lepidópteros.


Milamores, disparates de jardines, hierba de San Jorge y valeriana roja (1) son los nombres vulgares más empleados para referirnos a esta planta. En foros más científicos se preferirá su denominación latina: Centranthus ruber. Pero, antes de contar algunas de sus intimidades, es preciso conocer su aspecto. Se trata de una hierba perenne, erguida y de gran tamaño, que puede alcanzar los 1’20 metros de altura. Sus tallos, de textura cérea y aspecto algo carnoso, emergen de un oculto rizoma subterráneo. Las hojas son enteras (no divididas en foliolos), opuestas y de color verde apagado, cercano al gris. Es conocida por ser muy variable en cuanto a forma y tamaño, lo que depende de la edad, la calidad del sustrato y otras características ambientales. Sin lugar a dudas, el rasgo más llamativo de esta especie son las inflorescencias, que surgen durante prácticamente todo el año. Aunque es sabido que será allá por San Jorge, el 23 de abril, cuando las flores sean más abundantes y de ahí el nombre vulgar que hace referencia al citado santo.

Pero acerquémonos más y observemos la inflorescencia con mayor detenimiento. Cada florecilla posee una larga protuberancia, el espolón nectario, rasgo al que alude la áspera denominación científica de la especie y que la diferencia de otros representantes de la familia de las Valerianáceas (2).


No hay comentarios: