Eohippus es el título de otro de los ganadores de este festival. A continuación os dejamos imágenes y el extracto del texto publicado en el libro del Festival 2009.
"La entrada a este espacio es un sendero de arena. Los pasos del visitante son guiados por pisadas de caballo impresas en el suelo.
En la parte lateral izquierda un macizo de plantas aromáticas y coloridas animan al visitante a entrar. En el centro, vegetación alta, a semejanza de un bosque, envuelve un espacio con forma de círculo de menores dimensiones que oculta la “magia” del jardín. La idea fue crear un jardín secreto que despertara la curiosidad del visitante. En las paredes aparecen cuadros, como en una galería de arte, conteniendo extractos del poema de Mario Cesariny, “O Navio de Espelhos” (El barco de los espejos).
Un marco gigante permite al visitante entrar y formar parte de un escenario irreal. En el centro un elemento escultórico basado en la temática del caballo en Piaffe, el cual representa el equilibrio psíquico y emocional del arte ecuestre. La elección del elemento central fue fácil: un pura sangre portugués, que se puede descubrir y sentir del mismo modo que aquellos que no pueden ver y que sólo consiguen apreciar a través de la experimentación con otros sentidos, al tocar el contorno, el relieve y sentir la calidez del material.
Eohippus está inspirado en el primer antepasado conocido del caballo (“Eo” significa en griego amanecer e “Hippus” caballo). Fue seguido por Orohippus, Mesohippus y otros que se quieren de algún modo representar. De las diferentes figuras representadas en el espejo la más lejana intenta representar a Eohippus y su evolución de caballo a escultura. El último caballo visible es todavía un reflejo distante de la escultura. La distancia busca mostrar el proceso de transformación que da lugar al origen de la especie actual. La relación entre la imagen y el concepto es meramente una metáfora.
La intención es reproducir en “el mar de espejos” un espacio surrealista, liberarse de la lógica y de la razón cotidianas, e ir más allá dejando expresarse al subconsciente y sus sueños."
"La entrada a este espacio es un sendero de arena. Los pasos del visitante son guiados por pisadas de caballo impresas en el suelo.
En la parte lateral izquierda un macizo de plantas aromáticas y coloridas animan al visitante a entrar. En el centro, vegetación alta, a semejanza de un bosque, envuelve un espacio con forma de círculo de menores dimensiones que oculta la “magia” del jardín. La idea fue crear un jardín secreto que despertara la curiosidad del visitante. En las paredes aparecen cuadros, como en una galería de arte, conteniendo extractos del poema de Mario Cesariny, “O Navio de Espelhos” (El barco de los espejos).
Un marco gigante permite al visitante entrar y formar parte de un escenario irreal. En el centro un elemento escultórico basado en la temática del caballo en Piaffe, el cual representa el equilibrio psíquico y emocional del arte ecuestre. La elección del elemento central fue fácil: un pura sangre portugués, que se puede descubrir y sentir del mismo modo que aquellos que no pueden ver y que sólo consiguen apreciar a través de la experimentación con otros sentidos, al tocar el contorno, el relieve y sentir la calidez del material.
Eohippus está inspirado en el primer antepasado conocido del caballo (“Eo” significa en griego amanecer e “Hippus” caballo). Fue seguido por Orohippus, Mesohippus y otros que se quieren de algún modo representar. De las diferentes figuras representadas en el espejo la más lejana intenta representar a Eohippus y su evolución de caballo a escultura. El último caballo visible es todavía un reflejo distante de la escultura. La distancia busca mostrar el proceso de transformación que da lugar al origen de la especie actual. La relación entre la imagen y el concepto es meramente una metáfora.
La intención es reproducir en “el mar de espejos” un espacio surrealista, liberarse de la lógica y de la razón cotidianas, e ir más allá dejando expresarse al subconsciente y sus sueños."
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